Iratxe Ansa y Metamorphosis. Aproximaciones al trabajo de los bailarines mexicanos con “lo extranjero”

Por Juan Carlos Flores y Renée de Pedro
Octubre 2015, México.

El gremio de la Danza que labora en la Ciudad de México,  vivió una repentina efervescencia causada por la presencia de la Bailarina y Coreógrafa  Iratxe Ansa. 

Después de haber entrevistado a la creadora española el pasado septiembre, http://reneedepedro.blogspot.mx/2015/09/metamorphosis-entrevista-iratxe-ansa.html con el propósito de conocer más sobre su trabajo, así como  las motivaciones referentes a su residencia, consideramos necesario seguir indagando sobre lo que esto representaba en la escena dancística local, y nos pareció pertinente hablar con los bailarines mexicanos que fueron parte de dicha experiencia.

En ésta entrevista, Iratxe hace hincapié en la diversidad de vivencias que le ha otorgado trabajar con bailarines de diversas latitudes, sin mencionar alguna condición determinante propia de la anatomía del cuerpo de sus colaboradores. Ella denomina “color” a las características de los bailarines, que asumimos, hacen referencia a la identidad individual de los colaboradores con los que los coreógrafos conciben una pieza y la forma en la que ésta adquiere un sentido único e irremplazable. Entre el azar, y las características individuales que van desde lo emotivo hasta los valores culturales, se construye baja circunstancias irrepetibles. 

Sabíamos que la residencia artística que se estaba llevando a cabo en nuestro país, iba a concluir con una puesta en escena y de forma expectante nos involucramos al proceso de construcción, donde el elenco vivió transformaciones  con singular rapidez. Decidimos acercarnos a aquellos que pertenecen a la matrícula de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea (ENDCC), con la intención de conocer la visión juvenil y estudiantil. Aquellos que siguen en formación y entrenamiento, y que de forma profesional buscan todo tipo de alternativas con la finalidad de prepararse para el mundo profesional, dominando de la forma más completa posible,  un lenguaje corporal nutrido de diferentes influencias. 

Entonces surgieron varias líneas de investigación: ¿Existe alguna condición que caracterice al bailarín mexicano?, ¿Por qué querría Iratxe trabajar con alumnos de una escuela?, ¿Cuáles eran sus características?, ¿Realmente encontró en ellos un “color” especial?, y de ser así ¿Cómo fue la relación de éstos bailarines con ella? 

Entre el rumor y el hecho encontramos una gran gama de opiniones, pero concluimos que era importante dar a conocer la información recolectada, con la finalidad de permitir una construcción crítica e informada sobre las connotaciones culturales y políticas que la Residencia Metamorphosis contenía en su acontecer. 

A continuación presentamos varios testimonios de los bailarines seleccionados para formar parte de éste dispositivo cultural y de creación.

Egresado de la Licenciatura en Danza Contemporánea.

No creo que esta experiencia no me haya dado nada, absolutamente no, claro que hubo mucho aprendizaje, conocí un nuevo lenguaje, conocí mi cuerpo de distinta forma, Iratxe es una figura a la que admiro y respeto. Sin embargo llegue a sentir que nosotros, los "mexicanos", éramos una excusa,  y más los estudiantes o ex-estudiantes de la ENDCC, una excusa para que el CENART abriera las puertas y para que prestaran las instalaciones... Vamos, no somos tontos. Hubo mucho dinero de por medio, la convocatoria prometía cosas que no se cumplieron o no se cumplieron del todo. 
Creo que México puede ser cuna de grandes bailarines y coreógrafos, ¿por qué hay que "meternos la pata"? el maldito malinchismo... Miles de coreógrafos podrían venir al país a dar su visión sobre la danza pero qué sentido tiene si sólo se ocupa a algunos...
Hubo muchas cosas turbias por la parte administrativa. Aun así le estoy muy agradecido a Iratxe, y claro que me gustaría seguir su trabajo y quizás bailar una de sus obras en un futuro, pero en México no se puede.  

Alumna de la licenciatura en Coreografía:

Fueron tres semanas intensas de mucho aprendizaje. Físicamente mi cuerpo no estaba en su totalidad, me faltaba entrenamiento, entonces debo decir que la primera semana sufrí un poco, volví a sentir cada músculo de mi cuerpo. 
Fueron semanas que compartí con bailarines profesionales de varias partes del mundo. La variedad de lenguaje corporal era exquisita. Fue maravilloso sentir como Iratxe, sin quitarnos nuestra individualidad, logró que el cuerpo hablara el mismo lenguaje. Pude darme cuenta de la diferencia o tal vez de las carencias de la danza en México... Porque en la escuela nos enseñan formas, figuras y nosotros como bailarines no salimos de ahí. Creo que se ha hecho una cadenita donde  el maestro se queda con lo que aprendió y eso es lo que por años enseña, cuando en el mundo están pasando todo tipo de cosas... No existe realmente un intercambio, o llega tarde. 
Lo que no me dejó satisfecha, fue que su atención hacia nosotros fuera poca, y que hasta cierto punto creo que nos usaron para las instalaciones de la escuela. Aunque definitivamente aprendí mucho.

Alumno de la licenciatura de Ejecutante de Danza Clásica

Sin duda la experiencia fue algo increíble. Adentrarte a algo a lo que no estás acostumbrado, conocer nuevas formas de moverte... Conocer el trabajo de improvisación de Iratxe, donde a partir de pautas específicas se creaba el movimiento. Me gustaba mucho tomar sus clases, conocer como puedo mover mi cuerpo de forma natural, tener el placer de disfrutar de mi cuerpo y del espacio. Me ayudó muchísimo para explorar mis propias capacidades... Cuerpos que no estaba acostumbrado a ver, cuerpos sin condiciones (como empeines, elasticidad, etc.), pero que eso no los limitaba, sus movimientos no se basaba eso, (cosas con las que la escuela puede traumarnos).  Es con lo que más me quedo, yo podía ver en ellos, simplemente la pasión por bailar y el placer por moverse y eso es lo que los hacía unos increíbles bailarines, más que por las cuestiones técnicas o físicas
Creo que lo que no me gustó del curso, fue que Iratxe sólo prestaba atención a los bailarines que la acompañaban. En ningún momento dentro de la clase, al menos a mí, se me corrigió, nunca tuvo la atención de acercarse y orientar mi exploración, lo cual, sí hacía con los otros bailarines. Creo que la residencia era para eso, que hubiera esta parte de trabajo docente, pero ella no se tomó la molestia de acercarse, ni nuestros nombres se aprendió. Sin embargo, hoy en mi cuerpo siento muchas cosas diferentes. Creo que la idea de Iratxe era que la danza, más allá de ser una forma, se volviera algo natural, a partir de sensaciones, emociones... Si en México hubiera esa mentalidad de explorar, de hacer, de buscar, seríamos otra cosa. Sus bailarines, entrenados de otra forma, reflejaban su personalidad a través del movimiento. Se veía que eran bailarines versátiles, y hacían una fusión de todo lo que sabían. Uno debe saber incorporar sus conocimientos, para ya no separar, ni categorizar a los bailarines.

Nos parece oportuno nombrar lo que sucedió. Existió un ejercicio creativo por parte de Iratxe que consistió en trabajar con la pluralidad de cuerpos, pero ante los comentarios y testimonios de algunos participantes nos hemos percatado que efectivamente, ese “color” que se busca como  argumento coreográfico,  está determinado por parámetros propios del creador. No hay que discutir las causas (por ahora) pero sí los efectos que tiene en la población que formó parte del fenómeno.

Sabemos que La Residencia Metamorphosis fue autogestionada. Pero qué sucede con la acusación al CENART y a La ENDCC de haber utilizado a los alumnos de dicha escuela, como pretexto burocrático para el préstamo de instalaciones. Se dice que el presupuesto dado sumergía a éste proyecto como parte de un eslabón más de la cadena de relaciones de poder económico-políticos: ¿Qué tienen que decir las Instituciones relacionadas al respecto? 

El antecedente obvio de todo el frenesí en torno a Iratxe tiene una gran relación con la visión del mexicano con lo extranjero, con lo  europeo y con la visión occidental del arte. Es imposible negar, que la danza escénica, su academización, e institucionalización, son un producto cultural que surge en Europa desde la Corte del Rey Luis XIV, y que en la actualidad, sigue viéndose influenciada notablemente por el acontecer de las grandes urbes de dicho continente. Es importante no perder de vista que ella misma, Iratxe,  mecionó no sólo  en nuestra entrevista, sino en otros foros de opinión, la importancia de su formación como bailarina de ballet, en una de las mejores escuelas del mundo de dicha disciplina. Es evidente,  que en su propia labor como creativa existe la huella de éste hecho. Para reafirmar esto, y otros asuntos de índole artístico, habría que profundizar más en las características de su pieza final y abordar desde el sentido semiótico lo que pretendía comunicarnos. Sin embargo, ésta no es nuestra intención por el momento y nos concentraremos en enunciar la opinión que tenemos sobre el fenómeno que ocurrió en la escena mexicana con el  contacto al  material discursivo extranjero.

Existen paradigmas ocultos en nuestra herencia que se manifiestan inconscientemente y que son testimonio de aquello que nos define como parte de una población. Europa se caracterizó por colonizar territorios geográficos y conceptuales que han tenido repercusiones en la manera de asumir realidades en el resto del mundo; México es un territorio conquistado que asume el rol inferior ante tal circunstancia.

Si bien Iratxe, puede ser considerada como una embajadora artística de Europa, eso no representa que su búsqueda coreográfica esté delimitada por aquello que le precede y que bien podría considerarse como colonizador. Pero invariablemente contiene, dentro de la construcción de su individuo, una rama de realidades que definen quién es ella, como artista, así como ser humano.

El trabajo que realizó en México es resultado de una necesidad creativa, por diversificar su material y conocer el trabajo de los bailarines Mexicanos. Todo lo que sucedió previo a la presentación pública, o bien, escénica  de Metamorphosis, lo denominado ‘proceso creativo’ es quizás el verdadero material artístico. Sin embargo, las experiencias vivenciales que se dieron durante éste proceso, no fueron, como no lo han sido históricamente, de la incumbencia del espectador. Se han quedado tras bambalinas, encerradas en salones de clases, y han pasado a la fila de la memoria colectiva del fenómeno artístico.

¿Porqué darle mas importancia a la función? Y es una pregunta que le hacemos a nuestros colegas mexicanos. Así como Iratxe comentó  en la entrevista, su búsqueda iba más allá de una puesta en escena, ella buscaba ‘sembrar semillas’, repartir ésta nueva forma de hacer danza por el mundo, y también por México. La pregunta sería: ¿Logró Iratxe sembrar esta semilla en todos los bailarines mexicanos?

No podemos detenernos a cuestionar la importancia histórica, que representa Europa y el mundo Occidental, en el desarrollo artístico de la Danza Académica y Escénica, y no es un mérito de lo insólito, pues son los creadores de la Institución que ahora llamamos La Academia, Las Bellas Artes. Y esto no sólo responde a una necesidad artística y estética del pensamiento europeo, también conversa con estructuras de índole económico, político, donde la imposición de la supremacía de una forma de ser y pensar son catalogadas como Imperialismo.

En América, la danza (y el arte) ha sido una apropiación, adopción o quizás una imposición, que se une a una enramado de realidades. Nos posicionamos y asumimos el rol de conquistados, el rol de inferiores, y dejamos que todo lo “Otro” proveniente de “Afuera”, imponga formas de pensar y vivir, y asumiendo que esto a lo que se le ha llamado positivismo, racionalismo, enciclopedismo, academicismo, donde la llamada razón, vista bajo el cristal de lo Occidental, es prioridad.

¿Quiénes somos como mexicanos?, ¿Quiénes somos como latinoamericanos? Y ¿Cuál es nuestra Danza? ¿Por qué insistimos en buscar la aprobación de lo “Otro”? ¿Hacia dónde va nuestra búsqueda artística? 

Queremos reiterar que no ponemos en tela de juicio, la calidad artística y humana de  Iratxe Ansa, ni de sus colegas, listado de nombres que han sido mencionados en el artículo anterior. El cuestionamiento está dirigido a nosotros, los que hacemos danza de este lado, en estas latitudes, en México y en América Latina: ¿Hacia dónde vamos colegas?



Paréntesis
Queremos invitarlos a mirar el vídeo que hizo Triode en colaboración con Iratxe Ansa e Igor Bacovich, que podrán encontrar en el siguiente link: http://triode.mx/video/ 

Triode es una empresa dedicada a la producción de contenido multimedia y a la investigación y aplicación de nuevas técnicas y tecnologías en la industria audiovisual.







Juan Carlos Flores y Renée de Pedro: Somos una propuesta joven de periodismo cultural, enfocada un nuestra área del saber: la danza. Como  miembros de la comunidad dancística en México, creemos que el campo de la danza, va más allá de lo que sucede en el escenario. Queremos propiciar la escritura y la creación del documento de registro, así como el análisis y la reflexión de nuestro quehacer como creadores. Además, buscamos ser una plataforma de difusión y preservación de la información dancística.
En principio, nuestro trabajo está dirigido a la comunidad dancística de la  ciudad de México, pero esperamos llegar a futuros espectadores y consumidores culturales.






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