Don para la ausencia

Por Renée de Pedro
Abril 2016, México 

Sumergidos en la escena de la danza en México y Latinoamérica a principios del siglo XXI, Itzel Schnaas y Mauricio Rico abordan desde su realidad, la temática del duelo amoroso. La propuesta escénica que transita entre lo teatral y lo danzario, contiene en su forma diferentes momentos que narran desde la experiencia de los creadores, un proceso con el que  varios de los espectadores se relacionan.

Presentando como un work in proggress (trabajo en proceso) en el foro de Un Teatro (Ciudad de México), los creadores ofrecen un fragmento autobiográfico, que devela parte de lo que son como seres humanos, y lo hacen desde su propia ropa como vestuario, su propio nombre como personajes; la línea entre la ficción y la realidad está diluida por un jugo de consistencia dulce y espesa.

¿Por qué hablar de palomitas es hablar de amor? Como símbolo de la unión entre dos personas, éste elemento es parte de la utilería, la escenografía, atmósfera sonora y sucede como complemento coreógrafico, se trabaja a través del cuerpo y el movimiento de los intérpretes. Fungiendo tantos papeles dentro de una sola propuesta, su exploración aparenta estar acotada por el tiempo y las circunstancias del proceso de elaboración.

La pieza evoluciona, y da saltos frecuentes entre lo cotidiano y lo extraordinario, entre lo tradicional y la contraposición de estructuras creativas, recurriendo a rutinas bailadas, diálogos aprendidos, memorias que parecieran estar obligados a actuar. Si bien, en algún momento, romper con los códigos del arte, en éste caso la danza escénica, se presentaba como una necesidad y obligación, en la actualidad frecuentemente surgen nuevas propuestas que continúan con el trabajo que se inició a mediados del siglo pasado; pareciera que esa necesidad de otro tiempo y otros creadores, sigue siendo la de muchos en el 2016. Elegir una forma de estructurar la propuesta escénica, a veces para cumplir con una moda más que con una necesidad auténtica y propia, subordina la creación artística a la demanda del medio y a aquello que promete dar de qué hablar. 

Don para la ausencia, como pieza en vías de concretizarse, contiene una fuerte revelación íntima de los creadores, que con claridad se puede ver en el simbolismo de la imagen final, donde el cuerpo y aquello que representa, describe y denuncia la manera en que éste se desenvuelve en una relación amorosa. Es el cuerpo el que habla, es la presencia de los impulsos primarios, de la subjetividad, del sin fin de conexiones que definimos los seres humanos como amor. Porque hablar de palomitas, es hablar del duelo, desnudándonos  frente al otro.


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